Desarrollar la resiliencia a lo largo de la vida: la conexión entre las habilidades socioemocionales

28 de abril de 2025 por
Kathy Pierce Howard
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De niña, las dificultades no me asustaban. La vida era sencilla y me conformaba con lo que tenía. Me sentía querida y valorada en casa, lo que se reflejaba positivamente en mis relaciones y mi rendimiento académico. Muchos compañeros de mi generación vivieron experiencias similares en su juventud. 

Avanzamos varias décadas. Los tiempos han cambiado. Abundan los nuevos desafíos. La incertidumbre es una certeza. La ansiedad está en su punto más alto, con hasta un 60 % de niños y adolescentes que presentan síntomas de ansiedad y depresión. 

Llenos de frustración, muchos educadores afirman: «Los niños han cambiado». Pero ¿es así? Las necesidades humanas básicas, como las describió Maslow en 1942, no han cambiado. Sin embargo, los desafíos que enfrentan nuestros jóvenes hoy sí han cambiado. Muchos niños carecen de un sólido apoyo y orientación familiar. A menudo, los padres que trabajan recurren al tiempo frente a la pantalla para su tiempo libre. La falta de conexión humana está contribuyendo a una crisis de habilidades relacionales en nuestros jóvenes, y los estudios indican que el tiempo frente a la pantalla está interfiriendo con el desarrollo cerebral. 

Aquí es donde entras tú. Puedes ser fundamental para ayudar a tus estudiantes a desarrollar las habilidades que necesitan para desarrollar la confianza necesaria para afrontar los desafíos con resiliencia. La resiliencia es la capacidad de recuperarse de los reveses, los cambios y las decepciones. La adaptabilidad y la flexibilidad son habilidades blandas muy buscadas. El desarrollo de habilidades no académicas, sociales y emocionales es clave. 

Los estudios respaldan que el desarrollo de estas habilidades no cognitivas tiene una mayor correlación con el éxito futuro, el bienestar y un desarrollo saludable en la edad adulta que el coeficiente intelectual. Investigaciones adicionales confirman que estas habilidades contribuyen al éxito académico de los estudiantes, a un mayor bienestar general y a un sentido de autodirección con propósito en personas de todas las edades. 

¿Cuáles son estas habilidades? 

Las habilidades socioemocionales incluyen la capacidad de comprender y gestionar nuestras emociones, cultivar relaciones positivas y tomar decisiones responsables y productivas. Esto incluye la capacidad de reconocer, controlar y expresar las propias emociones, así como de gestionar las relaciones interpersonales con criterio y empatía. Unas habilidades socioemocionales saludables son la base de una persona con los pies en la tierra. Esta es una persona estable en momentos difíciles y con una buena adaptación a los desafíos y al cambio. Se han identificado cinco competencias clave para la salud socioemocional. 

  1. Autoconciencia
  2. Autogestión
  3. Conciencia social
  4. Habilidades de relación
  5. Toma responsable de decisiones

La conexión con el “aprendizaje socioemocional” 

El aprendizaje y desarrollo socioemocional es el proceso de tomar conciencia y aplicar habilidades socioemocionales positivas en la vida cotidiana. En algunos círculos cristianos, el "aprendizaje socioemocional" está plagado de controversia, así que analicémoslo con más detalle. 

Los objetivos del aprendizaje socioemocional se alinean estrechamente con el fruto del Espíritu, como se mencionan en Gálatas 5:22-23: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Una vida sana y feliz es fruto de todas estas cualidades. 

  • Para poseer una sana autoconciencia, debemos vernos como Dios nos ve.
  • Para practicar la autogestión, debemos emplear el autocontrol/dominio propio.
  • Para ejercitar la conciencia social, la mansedumbre/humildad   es clave.
  • Para disfrutar de relaciones saludables, debemos practicar la paciencia y la benignidad.
  • Si buscamos la bondad y la sabiduría, tomaremos decisiones más responsables.

¿Cómo se desarrollan estas habilidades? 

Desde la infancia, los bebés comienzan a desarrollar la capacidad de comprender el mundo que los rodea y comunicar sus sentimientos. A medida que crecen, continúan buscando la conexión y aprenden a satisfacer sus necesidades adecuadamente con la orientación adecuada. 

Estas habilidades se pueden enseñar, pero es preciso ser intencionales y relacionales. La confianza no se basa en los dones ni en la apariencia. Se inculca en el espíritu de un niño a través de las relaciones. Es hora de convertir nuestras frustraciones en emociones más fructíferas, como la empatía, y centrarnos en desempeñar un papel activo en la comprensión y el desarrollo de estas habilidades tan necesarias en nuestros hijos. 

Aquí hay tres cosas que puedes hacer: 

  1. Desarrolla tus propias habilidades

Dios nos llama a ser buenos administradores de nuestra mente, cuerpo y alma:

Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; Y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, Sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.                (1 Tesalonicenses 5:23 NBA).

David da el ejemplo en el Salmo 139:23-24 (NBA) cuando le pide al Señor que escudriñe su corazón y sus pensamientos. 

Escudríñame , oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, Y guíame en el camino eterno.         

Como educadores, estamos llamados a enseñar e inspirar a la próxima generación para que alcance el máximo potencial que Dios nos dio. Sin embargo, para lograrlo, primero necesitamos comprender claramente nuestro propio corazón. Al examinar estas áreas de nuestra vida, podemos comenzar a ejercitar las habilidades necesarias para dar el ejemplo adecuado y guiar con autenticidad a los niños a hacer lo mismo. 

No podemos enseñar lo que no poseemos. ¿Qué tan resiliente eres? ¿Cómo respondes a los contratiempos y al cambio? El autoconocimiento honesto es la base para gestionar nuestras emociones, relaciones y decisiones. Si tienes dificultades o simplemente necesitas un repaso, acepta mi reto: Salud Socioemocional: Reto de 21 días. (https://www.amazon.com/Social-Emotional-Health-Challenge-Improving/dp/B0C12DCTJX)

El cuidado de nuestras emociones y mentes da vida al ser.  

    2. Desarrolla relaciones auténticas

A los niños no les importa lo que sabes hasta que saben que te importan.” –      Theodore Roosevelt 

Nuestros estudiantes llegan cada vez más a la escuela en un estado de alerta. Su mundo fuera de la escuela puede estar lleno de conflicto e incertidumbre. La parte lógica del cerebro no puede procesar el contenido académico en esta condición. 

Debemos priorizar el corazón y el contenido de la clase. Esto se logra creando conexiones personales y auténticas con nuestros estudiantes. Hacerlo puede ser sencillo, pero debe ser intencional. Aquí tienes algunas ideas: 

  • Felicita a los estudiantes por algo todos los días.
  • Regístrate tú mismo antes de sumergirte. Desarrolla una actividad matutina para evaluar las emociones y las preocupaciones antes de comenzar a aprender.
  • Termina el día compartiendo lo aprendido, como lecciones aprendidas y bendiciones recibidas.

Las investigaciones muestran que construir estas relaciones de desarrollo importantes tiene un profundo impacto en la capacidad de los estudiantes para crecer en sus habilidades sociales y emocionales y es CLAVE para desarrollar resiliencia de por vida. 

    3. Desarrolla la cultura de tu aula

Integrar actividades sociales y emocionales en el aula a lo largo del día es esencial para que los estudiantes practiquen y establezcan conexiones significativas con estas habilidades. 

Crear oportunidades para que los estudiantes reflexionen sobre sus errores y propongan soluciones. Esto demuestra que los fracasos no son fatales, sino una oportunidad para reorientarse. Esto fomenta la confianza y la resiliencia al afrontar los reveses y los desafíos diarios. 

Ayuda a los estudiantes a comprender y expresar sus sentimientos sin juzgarlos, ofreciéndoles ejercicios que fomenten la autorreflexión y la expresión personal. Estos ejercicios pueden brindar claridad emocional y reducir la ira. Los estudiantes se abren a aprender a expresar adecuadamente sus emociones, mejorando así sus interacciones, relaciones y percepción de valor propio. 

Estas habilidades desarrollan la confianza y la resiliencia, mejoran la capacidad de los niños para recuperarse de la adversidad y los ayudan a valorar a los demás y colaborar con ellos en el entorno de aprendizaje y más allá. 

 

Publicado originalmente el 16 de abril de 2024.

 

Acerca del autor:

Kathy Pierce Howard es una consejera escolar cristiana con 20 años de experiencia, desarrolladora de currículos de orientación, profesora adjunta, proveedora de desarrollo profesional y autora publicada. Sin embargo, sus roles favoritos son el de esposa, madre y abuela. Su currículo bíblicamente integrado, Prep4Success, aborda las habilidades blandas no cognitivas y las actividades de orientación temprana que guían a los estudiantes hacia su diseño divino y conectan su educación con un propósito mayor. Estas herramientas proporcionan a los educadores cristianos los materiales necesarios para guiar a sus estudiantes en la creación de estas conexiones e impartir las habilidades y estrategias que desarrollan un amor por el aprendizaje para toda la vida.

 

Kathy Pierce Howard 28 de abril de 2025
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