¡Ya no es una opción!

22 de mayo de 2025 por
Dr. Scott Rodin
| Todavía no hay comentarios

Dr. Scott Rodin


Estos tiempos exigen que las escuelas cristianas adopten el pensamiento estratégico

A lo largo de los años, he preguntado a cientos de líderes y juntas escolares su opinión sobre la planificación estratégica. La respuesta ha sido variada, como mínimo. Algunos ponen los ojos en blanco y recuerdan intentos fallidos del pasado que solo les llevaron a la frustración. Otros lo descartan como algo bueno cuando hay tiempo de sobra, pero desde luego no ahora. Algunos muestran su frustración al intentar redactar e implementar planes que les exigieron más tiempo y energía que el beneficio que aportaron. Otros adoptan un enfoque espiritual extrañamente distante, diciendo algo como: «Simplemente seguimos la guía del Espíritu Santo; no necesitamos un plan». La minoría que aboga firmemente por un plan admitirá que el que tienen no les sirve realmente como esperaban.  

 

En general, la idea de contar con un plan estratégico relevante y dinámico que guíe las decisiones diarias de la escuela es como tener una dotación lo suficientemente grande como para vivir de sus ganancias; es una buena idea, pero muy difícil de conseguir, y la mayoría de los líderes se frustran al intentarlo. El resultado de esta forma de pensar es que la gran mayoría de las escuelas cristianas luchan por ser eficaces en un contexto de ministerio cultural que cambia tan rápidamente que eclipsa los intentos de liderazgo desenfocados y reaccionarios.  

 

Sostengo que las escuelas cristianas ya no pueden operar sin un plan estratégico relevante y dinámico que una a toda la comunidad escolar en torno a un enfoque común y la guíe en la dirección que Dios desea. Hay mucho en juego, los riesgos son demasiado grandes, los tiempos son demasiado peligrosos y el entorno es demasiado caótico. He aquí tres razones por las que la planificación estratégica ya no es una opción.  

 

#1: Pensar a corto plazo pondrá en riesgo la supervivencia de tu escuela. Prueba este ejercicio. Haz una lista de cada fuerza o factor que podría tener un impacto importante en tu capacidad de supervivencia durante los próximos cinco años. Si eres honesto, tu lista debería contener de 8 a 10 problemas graves, y probablemente más. A continuación, aplica una escala del 1 al 10, donde 1 significa "ninguna confianza" y 10 significa "plena confianza", y responde a esta pregunta para cada uno: "¿Qué tan seguro estás de que esta fuerza o factor nunca afectará a tu escuela?". Una evaluación honesta revelará varios elementos en tu lista que se clasificarán en la sección 3 o inferior de la escala. Finalmente, de aquellos que recibieron un nivel bajo de certeza, ¿qué estás haciendo ahora para monitorear, gestionar o mitigar cada uno de esos factores? Este ejercicio demostrará el nivel real de amenaza al que te enfrentas y lo poco que estás haciendo para reconocerlo, prepararte para él y, en la mayor medida posible, mitigarlo. Los planes estratégicos centran los recursos en los aspectos más críticos de la vida de una escuela, lo que le permitirá prosperar en la búsqueda de la voluntad de Dios. Parte de ese progreso reside en comprender las fuerzas que pueden destruirnos. Sin este reconocimiento, podemos seguir adelante ciegamente con nuestras actividades y pasar por alto las señales que nos rodean que nos indican que podríamos estar en serios problemas. Los tiempos son demasiado peligrosos para este enfoque liberal del liderazgo.  

 

#2: No puedes administrar tu escuela obedientemente sin conocer el plan de Dios para ella. La planificación estratégica en el reino de Dios es un proceso de fe guiado por el Espíritu, donde juntos buscan discernir la voluntad de Dios para el futuro de tu escuela y luego construir un plan sólido para lograrlo. Demasiados líderes escolares operan como dueños-líderes, creyendo que la escuela les pertenece y que depende de sus propias habilidades, planificación y visión sacarla adelante. En el reino de Dios, todo le pertenece a él. Y si nuestra escuela realmente pertenece a Dios, entonces la pregunta más importante que podemos hacernos como líderes es: "¿Qué quiere Dios que hagamos con su escuela?". Al abordar la planificación estratégica desde una perspectiva de administración y verla como un acto de obediencia absoluta, no puede ser solo una opción. En cambio, yace en la esencia misma de lo que significa ser líderes administradores fieles.  

 

#3: Cada padre y cada persona que apoya financieramente su escuela merece saber que la dirigen según un plan divinamente inspirado. No es radical decir que no tenemos derecho a pedirle a ningún socio financiero ni un solo dólar del dinero que Dios le ha confiado a menos que podamos asegurarle que se invertirá en la obra de Dios según su plan. Si no estamos dispuestos a dedicar tiempo, energía y dinero a discernir la voluntad de Dios para el futuro de nuestra escuela y a elaborar un plan sólido para lograrlo, ¿qué derecho tenemos a pedirles que nos den sus recursos financieros? ¿O, en realidad, a matricular a sus hijos? Es engañoso tomar recursos del pueblo de Dios e invertirlos en una escuela que no sabe adónde Dios quiere que vaya.  

 

Estas son solo tres razones por las que los líderes de las escuelas cristianas y sus juntas directivas simplemente no pueden considerar la planificación estratégica como una opción. Debe tener la máxima prioridad, llevarse a cabo con oración e implementarse eficazmente. Creo que Dios está listo para derramar sus recursos en las escuelas que lo miran, buscan su guía para su futuro y están dispuestas a obedecerlo sin importar el costo. Nos encontramos en terreno desconocido en casi todos los ámbitos de nuestra vida, cultura y sociedad. Para los líderes fieles, las juntas directivas obedientes y los administradores financieros fieles, tener un plan estratégico para afrontar estos tiempos ya no es una opción.

 

Acerca del autor:

 

     

Dr. Scott Rodin

Consultor sénior y director de estrategia, The FOCUS Group

 

 

Dr. Scott Rodin 22 de mayo de 2025
Etiquetas
Archivo
Iniciar sesión dejar un comentario